Se trata de una versión gatuna de la ruleta rusa con un gran componente estratégico.
Los jugadores van robando cartas hasta que a alguien le sale un Exploding Kitten.
Cuando esto sucede, esa persona muere y queda eliminada de la partida (a no ser que tenga una carta de Desactivación, que permite desactivar al Exploding Kitten con armas como punteros láser, friegas de barriga o bocatas de menta gatuna).
El resto de las cartas de la baraja sirven para cambiar de lugar, mitigar o evitar a los Exploding Kittens.
Juego de cartas de 2 a 5 jugadores, a partir de 7 años.